- Hola buenas tardes. ¿El señor López?
- No está en estos momentos. ¿Puedo ayudarle en algo?
- ¿Es usted su señora?
- No, yo no soy señora de nadie.
- ¿Con quién hablo, pues?
- Mi nombre es Isabel.
- Ya, entonces es su mujer... eso quería decir....
- Bueno, no es lo mismo. Soy su pareja. ¿Qué quiere exactamente?
- Le llamo de Santa Lucía, es para comentarle una oferta que tenemos en seguros del hogar. Pero claro, lo tendría que hablar con él...
- Si claro, él es el señor de la casa y como es normal esas cosas las lleva él...
- ¿Y a qué hora podría hablar con el señor López?
- Bueno, él es el señor de la casa y raramente está aquí durante el día, ya sabe, el trabajo, sus amistades... Por el contrario conmigo puede hablar en cualquier momento, yo si estoy habitualmente en casa, como soy la señora de la casa estoy siempre aquí haciendo las labores domésticas....
- En ese caso llamaré en otro momento. Gracias por atenderme señora López.
Quien haya pensado que esta conversación tuvo lugar en algún lugar allá por los años cincuenta, está muy equivocado. Esto me ha pasado esta misma tarde, poco antes de ir a la ceremonia de entrega de los premios de relato corto contra la violencia de género y en favor de la igualdad.
Mucho habrá que escribir para que algún día la igualdad sea una realidad.
Por cierto, que mis respuestas iban con sorna, pero la señorita que estaba al otro lado del teléfono parecía no pillar el sentido de las mismas...
Je,je.
Y a mí que me ha pasado lo contrario...
Abro la puerta, preguntan por la señora de la casa, respondo que la señora de la casa soy yo...
pero no quieren hablar conmigo.
Ni pillan el sentido de la respuesta.
Así nos va.
Besos.
Hola, soy Sento y en http://paiportaville.blogspot.com/ te contaré todo lo que está pasando en la granja de Paiporta