Este fin de semana se ha celebrado en Valencia el V Encuentro Mujeres por un mundo mejor España-África.
Estos encuentros no serían nada sin las mujeres que cada día hacen posible otro mundo mejor. Aquí una muestra de ello.
La activista y ecologista keniana, Wangari Maathai, actual viceministra de Medioambiente de su país y fundadora del movimiento Cinturón Verde, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz por su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz, convirtiéndose así en la primera mujer africana en recibir el Nobel de la Paz.
“La paz en la tierra depende de nuestra capacidad para asegurar el medioambiente. Maathai se sitúa al frente de la lucha en la promoción del desarrollo económico, cultural y ecológicamente viable en Kenia y en África”, argumentó el Comité Nobel.
"La galardonada", prosiguió el Comité, “tiene una visión global del desarrollo sostenible que abraza la democracia, los derechos humanos y en particular los derechos de la mujer. Piensa de forma global y actúa a nivel local”.
Nacida en 1940 y madre de tres hijos, Maathai fue la primera mujer de África occidental que logró un doctorado universitario –en Biología–, la primera profesora en Anatomía veterinaria y primera decana de su facultad, en la Universidad de Nairobi.
“Será también la primera mujer de África que recibe el Premio Nobel de la Paz y la primera africana del vasto territorio que va de Suráfrica a Egipto que es galardonada con el premio”, subrayó el Comité Nobel.
Maathai es fundadora del movimiento Cinturón Verde, programa que combina desarrollo comunitario y protección medioambiental –el más exitoso del mundo– y propaga entre los miles de miles de kenianos que viven en situación de pobreza la simple idea de que plantar árboles mejorará sus vidas, la de sus hijos y nietos. Ese movimiento, integrado especialmente por mujeres –“No podemos esperar sentadas a ver cómo se mueren nuestros hijos de hambre”, repetía Maathai– ha logrado plantar desde sus inicios a finales de los años setenta unos 30 millones de árboles y ha creado 5.000 guarderías.
Maathai, destaca el Comité Nobel, “representa un ejemplo y una fuerza de inspiración para todo aquél en Africa que luche por el desarrollo, la democracia y la paz”. Recuerda, además que la premiada, combatió con coraje la opresión en Kenia y que sus “formas de acción contribuyeron a llamar la atención nacional e internacional sobre la opresión política”. Defensora de la condonación de la deuda externa del Tercer Mundo, Maathai fue siempre una decidida opositora del régimen dictatorial de Daniel Arap Moi, lo que le valió en repetidas ocasiones la cárcel y otros tantos llamamientos de Amnistía Internacional pidiendo su liberación.
Los miembros del Comité Nobel valoraron del quehacer de Maathai que, en su actuación, “combine ciencia, compromiso social y política activa”, y que “más que ocuparse de la simple protección del entorno, su estrategia sea asegurar las bases del desarrollo ecológico sostenible”.
“Todos hemos sido testigos de cómo la deforestación de los bosques llevó a la deforestación en África y amenaza a otras muchas regiones del mundo, incluido Europa. Proteger los bosques contra la desertización es un factor vital en los esfuerzos por reforzar el medioambiente en nuestra Tierra”, explicó el Comité. Añadió que “a través de la educación, la planificación familiar, nutrición y lucha contra la corrupción, el Movimiento Cinturón Verde ha abierto caminos para el desarrollo desde abajo”.
“Creemos que Maathai es una fuerte voz que habla por las mejores fuerzas en África en la promoción de la paz y por unas mejores condiciones de vida en el continente”, destaca el Comité Nobel.
ASI SE CAMBIA EL MUNDO ,Y NO DANDOLES BESOS A LAS RANAS JAJAJAJ, MUY BUENO LO DE LA RANA!