El jueves fue un día triste. Desde el Ayuntamiento se había convocado una Foro de Participación Ciudadana para ver si los vecinos de Paiporta queríamos que se instalara un Centro de Inserción Social en el municipio.
Mi lugar esta vez pensé que estaba entre el público, porque aún siendo parte de la corporación, el equipo de Gobierno, con el alcalde Ibor a la cabeza, nos había ocultado esta iniciativa ¿intereses ocultos tras esta falta de información? Por supuesto. Puede que alguno urbanístico, pero sobre todo quedaba patente el interés de manipular a las masas para sacar rendimiento político.
He comenzado diciendo que fue un día triste, porque en el foro no se oyó hablar de integración, ni de convivencia. Solo se escuchaban palabras de odio y descalificaciones hacia personas que, muy al contrario que el alcalde y su séquito, supieron estar a la altura. Y como digo, entre esas personas que supieron estar a la altura no estaba el alcalde, que humilló al representante del Ministerio del Interior (al cuál había invitado para que explicara que era un CIS), ni su mujer (presidenta honorífica de Cruz Roja Paiporta), que dijo textualmente "estar en contra de la inserción social" (no se qué pensará el colegio de abogados al cuál pertenece).
Pero por fortuna el jueves pasó y llegó el viernes. Día en que más de un centenar de personas participaron en la maratón de lectura por la Paz.
Colegios de toda Paiporta, el Instituto, la Escuela de Adultos, diferentes asociaciones culturales, escritores, vecinos y vecinas de Paiporta, participaron en la maratón con textos por la Paz.
Miguel Hernández, Vicent Andrés Estellés, Martin Luther King, Gloria Fuertes, Bertolt Brecht, Gabriel García Márquez, Lluís Llach, .... fueron los protagonistas ese día.
Yo me quedo con dos cosas:
Las últimas palabras del manifiesto que leyeron los alumnos de sexto del Colegio Ausiàs March, porque son una muestra de que no todo está perdido.
".... un altre mon és posible"
Y con las palabras de Vi, porque expresan perfectamente que la paz no pertenece a nadie... es cosa de los pueblos:
He extraído algunas frases del libro “El don de la palabra” de Antonio Gala, un libro que es -a modo de diccionario- un compendio de frases, definiciones y conceptos extraídos de su obra literaria. En él he buscado la palabra PAZ.
Dice Gala que:
“La paz es el más antiguo sueño de los hombres, un sueño del que se despierta cada mañana para encontrar sangre a su alrededor”.
Siempre pensamos en la paz como un sentimiento impregnado de buenos deseos para la humanidad, nos preguntamos por qué motivo es una utopía, una quimera, un sueño...
Yo pienso, hoy, si no será un sueño imposible. Tristemente ha de serlo si no cambiamos el modo en que entendemos el mundo. La palabra PAZ no es nada sin la palabra guerra: la guerra nos quita la paz, la paz llega cuando acaba la guerra; son opuestos indisolubles, equilibrios semánticos malditos: blanco /negro, amo / esclavo, arriba / abajo, norte / sur, opulencia / hambre. GUERRA /PAZ.
Habría que quitar la palabra guerra de nuestro diccionario, borrar también de las personas el sentimiento bélico, el odio, la maldad, la venganza y el rencor. Así podríamos dejar todos los significados libres y llenarlos con esa palabra PAZ, o con otra que nos inventáramos , no habría ningún problema, a todos nos gustaría, todos estaríamos de acuerdo, a nadie le importaría quien fue el que eligió el nombre o quien fue el primero que la escribió o el que fue contando la historia por el mundo entero para que todos nos enteráramos.
Todos seriamos paz porque, (vuelve a decir Gala):
“La paz es el aire que nos mantiene y nos sonríe sin que nos demos cuenta; es el sol común, la flor de la justicia y de la libertad, la alegría del hombre, que se reconoce en los ojos de los otros, que se satisface con ella, que crece, y la deja en herencIa a los que lleguen...”
“La paz no es cosa de protocolos, ni de apretones de manos de los representantes de los pueblos, ni de reuniones de más o menos intelectuales. Es cosa de los pueblos, de su voluntad de concordia, de su sentido de la justicia, de su necesidad de comenzar una nueva vida”.
Eso es lo que hemos querido hacer hoy aquí, los que hemos venido, los que han organizado el acto, todos los que queremos encontrarnos con la paz. Gracias Isabel por haberlo hecho posible.
Yo elegí el cuento "El muro" perteneciente al libro "Cuentos fronterizos" de Georges Moustaki y "Oda a la pacificación" de Mario Benedetti.
ODA A LA PACIFICACIÓN
No sé hasta dónde irán los pacificadores con su ruido metálico de paz
pero hay ciertos corredores de seguros que ya colocan pólizas contra la pacificación
y hay quienes reclaman la pena del garrote para los que no quieren ser pacificados
cuando los pacificadores apuntan por supuesto tiran a pacificar
y a veces hasta pacifican dos pájaros de un tiro
es claro que siempre hay algún necio que se niega a ser pacificado por la espalda
o algún estúpido que resiste la pacificación a fuego lento
en realidad somos un país tan peculiar
que quien pacifique a los pacificadores un buen pacificador será.